DENTRO DE LA PSICOLOGÍA HAY SE ENCUENTRA UN MODELO A SEGUIR EN FORMA DE PIRÁMIDE Y ESTA FORMADO POR CUATRO NIVELES:
1.-PODER A PRENDER: ¿Quieres que tu rendimiento sea regular, consistente y estable? Pues primero debes conseguir que tu estado de ánimo sea regular, consistente y estable. Si normalmente estás contento por la mañana, triste por la tarde y otra vez alegre cuando te vas a dormir, significa que tu humor es muy variable. Con un estado de ánimo tan variable te será muy difícil rendir siempre al mismo nivel. Para poder aprender, hace falta tener una personalidad que no tienda a complicarse la vida en exceso y un entorno que no interfiera en el rendimiento.Cuatro o cinco puntos de apoyo proporcionan al individuo una marcada estabilidad emocional. Pero si aquello que se persigue es el máximo rendimiento en una actividad, esta estructura presenta una fuerte limitación: reparte demasiado los esfuerzos. Con tan poca dedicación a cada una de las actividades se complican las posibilidades de alcanzar la excelencia en alguna de ellas
2.-QUERER APRENDER: Nos referimos a la motivación. Para estar motivado hacen falta dos condiciones: tener muy claros los objetivos que se persiguen y pagar todo el precio para conseguirlos.
A mayor nivel de ambición en los objetivos, existe un mayor nivel de compromiso con los medios. Pregunto a mis deportistas: “¿Quién quieres ser: uno más, uno de los mejores o el mejor?”Los deportistas de alto nivel presentan la misma coherencia que debería presentar un trabajador que se plantea ascender profesionalmente dentro de su empresa. Para ascender internamente debe actualizar su formación, aprender idiomas y ampliar su dedicación laboral. Ese es el precio que debe pagar.
3.-SABER APRENDER:Hasta ahora podemos aprender y queremos hacerlo. Entonces, algo aprenderemos Quien sabe aprender nunca comete dos veces consecutivas exactamente el mismo error. Puede que vuelva a fallar, pero nunca por la misma razón. Después de un error viene un análisis. Un análisis que termina con una conclusión. Esta conclusión se convierte en un cambio. Ese cambio no es la solución, pero fallar consecutivamente sin cambiar nada equivale a perder el tiempo. El error nos concede la oportunidad de volver a intentarlo. Eso sí, intentarlo de nuevo con un mayor conocimiento. Hay que pasar por cada una de las tres fases cuando se aprende algo nuevo. De lo que se trata es de pasar el mínimo tiempo posible en cada una de ellas. Para ello solo queda un remedio: conocer las fases, aceptarlas y persistir en el esfuerzo. Si se abandona, se interrumpe el proceso. Si se continúa, se completa con éxito.
4.-DEMOSTRAR LO APRENDIDO:es necesario hacerlo bajo presión, en el momento de la verdad, justo cuando toca. De lo contrario, de nada habrá valido el esfuerzo realizado hasta ahora.Realizamos un buen trabajo. Ordenamos todo aquello que ya hacía, completamos los huecos con nuevos recursos de auto-control e integramos la visualización en su ritual. Practicó tantas veces la nueva rutina que llegó a aprendérsela de memoria. Le salía sola y parecía que había sido su rutina de toda la vida. Y llegó el momento de la competición. Comenzaron sus rivales y, por fin, llegó su turno. El problema no consiste en ponerse nervioso; todos los deportistas se ponen nerviosos en alguna ocasión. Se juegan demasiado para que no les importe el desenlace de la competición. El problema reside en aquellos cambios que, por culpa de ponerse nerviosos, los deportistas introducen en su forma de afrontar la competición. Esos cambios, y no los nervios, son los responsables de las derrotas inesperadas.
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